Ya
en la segunda charla, el ponente fue Rafael Martel, un maestro del Colegio
Carmelitas de Elda. En primer lugar, este se centro principalmente en el
concepto de innovación educativa, ya que él durante los 35 años en los que ha
trabajado ha cambiado cinco veces la ley educativa, y este se ha tenido de ir
amoldando a todas y cada una de ellas.
Más
adelante, hizo especial hincapié en que el objetivo era entender la innovación
como una estrategia en la gestión de un centro educativo, pero para ello,
debemos tener claro qué es un centro educativo, entiendo este según Rafael
Martel, como un servicio al cliente, un servicio que se ofrece a la sociedad
para un bien común, que significa invertir tiempo en las personas, a su vez la
escuela también es una empresa, además dentro de un centro todo comunica, es
decir que no somos neutrales, sino que como somos personas hagamos lo que
hagamos siempre comunicamos, como colegio debemos pensar qué quiere el cliente
de mi, y a la vez qué quiero yo de mis alumnos, el objetivo principal de un
centro educativo es la consolidación de la relación con vuestros hijos y su
formación integral para su futuro laboral y felicidad personal.
Después
de aclarar qué es un centro educativo, se centró en explicar qué era un cliente
dentro del ámbito educativo, pudiendo entender este como el alumnado, el
profesorado, los padres… y se le denominan clientes porque realizan un pago al
centro. Seguidamente, destacó que el cliente había cambiado, ya que todo el
mundo tiene mucha prisa y no atendemos como antes, queremos resultados cuanto
antes, el cliente quiere más es más
exigente, es más cómodo, no tiene
ni quiere distancias y busca confianza
plena y absoluta.
Además
de que el cliente ha cambiado, también lo ha hecho por consiguiente la
enseñanza, a finales del siglo XIX y XX, los roles estaban predeterminados, la
madre cuidaba de los hijos, pero ahora en la actualidad los padres
están separados y divorciados, la madre trabaja fuera del hogar, existen nuevas familias, se crea un abuso de
la televisión, internet, video juegos, la cesión de los abuelos, ocho horas del
colegio, no se juega tanto como antes, en este contexto, la escuela debe
enseñar a comer, higiene, enseñar a respetar horarios, crear hábitos y
conductas responsables, cubrir necesidades de afecto, actividades
extraescolares, detectar problemas de salud entre otros muchos aspectos, serán
los que nos exigen como maestros.
También
mencionó la importancia de las marcas, ya que un colegio, es una empresa, y
dicha empresa funciona si la marca es conocida, y valorada como elemento
diferenciador.
Por
otro lado, este maestro, mencionó el primer colegio de innovación educativa
llamado” Monserrat el pozo”. Este colegio ha realizado un proyecto educativo
basado en la Teoría de las inteligencias múltiples, es el único centro de estas
características en España y su objetivo se centra principalmente en optimizar
la educación.
Desde
mi punto de vista, los maestros debemos tener esa capacidad de flexibilidad y
adaptación para amoldarnos a cualquiera que sea el cambio, ya que debemos ser
conscientes de que la sociedad avanza y mejora y por tanto la escuela también
lo hace, por lo que no tiene ningún sentido seguir educando de la misma forma
que hace años, ya que uno de los
objetivos de la escuela es que los alumnos puedan desenvolverse en la
sociedad de la forma más autónoma posible y si en la escuela los maestros
educan a sus alumnos de forma “antigua” una vez que salgan al mundo laboral, no
les servirá prácticamente de nada todo lo que hayan aprendido, ya que la
sociedad irá mucho más avanzada que los conocimientos de estos.
Por
ello, los maestros debemos seguir formándonos, seguir aprendiendo miles de
métodos que puedan suplir a otros ya que esté es más efectivo, siendo
conscientes de que si nos quedamos estáticos, nos quedaremos atrás.
Además,
se debe tener en cuenta que solo se aprende aquello que se practica, por lo que
si no practicamos la creatividad, la capacidad de innovar, luego de repente no
vamos a tener suficientemente esa capacidad desarrollada ya que nunca la hemos
puesto en práctica, por lo que, debemos que comenzar en este momento, es decir,
en nuestro proceso de formación como futuros docentes reflexionando qué métodos cambiaríamos, cómo podríamos hacer
la enseñan más participativa, entre otros muchos aspectos pero teniendo siempre
en cuenta que si enseñamos siempre tiene que ser desde la emocionalidad,
poniendo el mismo entusiasmo que el primer día, ya que lo que recuerdan los
alumnos no son esas clases teóricas o lo que se aprenden de memoria, sino
aquello que te emociona, que te gusta y que sobre todo te hace partícipe de una forma u otra.
Para
finalizar, destacar que como futuras docentes, debemos tener esa flexibilidad
mental para saber amoldarnos a cualquier cambio que pueda surgir y su vez que
automejoremos continuamente, que nos reconstruyamos con nuevos aprendizajes y
nunca pensamos que ya sabemos suficiente, porque nunca se para de aprender, y
menos en una profesión como es la de docente.
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